La lengua no muerde 4–¿Qué significa el significado?

¿Cómo explicarías que algo signifique otra cosa? Yo te explico.

Piensa en un árbol.

¿Qué ves en tu mente?

No es el árbol que ves cuando sales de tu casa, ni el de Navidad. Estoy segura de que no es uno sin hojas, ni uno muy joven y delgado. Ni uno morado o talado. Es sólo algún árbol. Una idea de árbol.

Ahora: si te pones a pensar, hasta ahora no hay ningún árbol. La imagen de uno está en tu cabeza, pero podemos hablar de él con á+r+b+o+l, o sea 5 sonidos juntos.

Pero sigue sin haber un árbol real, de carne y hueso. Bueno, de madera y hojas.

Para cada palabra que conoces tienes una imagen que tomaste de la realidad.

Cuando hablamos, «vemos» una serie de imágenes que queremos que también vea la persona que nos oye. Cada palabra que utilizamos le da sentido a las que la rodean, porque todo está relacionado.

Ejemplo trillado:

El humo significa que algo se está quemando. Entonces, el humo es signo de que hay fuego.

Pero ese significado existe sin que el lenguaje intervenga. En cambio, si te digo que

á+r+b+o+l significa:

Árbol

, es porque quiero decir que á+r+b+o+l es un signo de ESO. Estos signos tienen una forma (árbol) y un contenido (el árbol de la foto, que sí existe: ¡yo le tomé la foto!).

La semántica es la ciencia que estudia el signifcado en el lenguaje. Es de lo más abstracto que tiene la lingüística y es más bien complicada: no es tan sencillo explicar el significado porque los hablantes siempre lo están cambiando al usar el lenguaje.

Campos semánticos

Tienen que ver con las relacones que mantienen las palabras entre sí, pero no a nivel del orden que se mezclan, sino por aquello de lo que hablan. Mira:

  • mojar,
  • regar,
  • rociar,
  • salpicar,
  • remojar,
  • humedecer y
  • empapar
  • son casi lo mismo: algo con agua.

Detente un poco a reflexionar qué tan diferentes son. Si tu lengua materna no es el español, perdón por meterte en aprietos. 🙂

Otro ejemplo: En mi ciudad no hay focas. Por eso yo no tengo un nombre para la foca macho, la foca hembra, la cría de foca, etc. Para mí todas son «foca». Pero alguien que estudie las focas ha necesitado nombrar eso y, por lo tanto, ha creado nombres: una vez más, el lenguaje sirve para comunicar la realidad de quien lo usa.

Metáforas

Todos los días usas metáforas, aunque no seas poeta. ¿Lo sabías?

Como cuando dices que «el tiempo es dinero»:

«Gasté todo mi día ahí»
«Cada minuto es valioso»
«Este producto te puede ahorrar tiempo»

Claro que hay muchos ejemplos más, sin embargo, no los escribo porque la semántica tiene más que darnos, como los…

Sinónimos, antónimos y otro -ónimo

  1. Piedra y roca significan lo mismo. Pero no siempre. Si se pudieran usar uno en lugar del otro sin importar el contexto, sería inútil que existieran dos palabras (signos) para referirse a la misma realidad y, por lo tanto, una desaparecería.
  2. Frío y calor son antónimos. Sin embargo–y esto es complicado–, el antónimo de subir no es bajar, sino no subir. ¿Qué? Sí: Lo contrario de hablar es no hablar. Como en español tenemos una palabra que significa eso, la usamos: hablarcallar.
  3. Banco (de dinero), banco (de peces) y banco (para sentarse) son ejemplos de homónimos. Tal vez, en algún momento de la historia, los hablantes de español hubieran podido decir si había una relación entre los términos, pero ahora eso se ha perdido y sólo son palabras con la misma forma (b+a+n+c+o) y diferentes realidades o imágenes en tu mente.

Mañana será otro día: la deixis

Desde antes de conocer la lingüística me ha fascinado esta frase: «Siempre es hoy«. De eso habla la deixis.

Ayer es ayer, pero en 3 días será «el otro día». Y en un año será «hace un año».

No sólo con el tiempo sucede eso. También con el espacio: Si yo digo que estoy aquí, es porque las estrellas están allá. En cambio, si fuera al espacio exterior, la Tierra estaría allá.

Los deícticos son palabras que dependen de dónde está situado en el espacio y el tiempo el hablante.

Si estás en el segundo piso de un edificio, y quieres que tu amigo se reúna contigo, le dices que suba, pero si estás abajo, le pides que baje.

Una pequeña letra cambia TODO

«A Juan le gusta María» vs. «Juan le gusta a María»

La «a», así de pequeña como la ves, hace que Juan y María tengan una relación completamente diferente en cada caso. Para que veas que la semántica es divertida. 😉

Regresamos a la pregunta del inicio: 

¿Qué significa el significado?

Nadie sabe. Se han escrito libros enteros intentando responderla y no se llega a una conclusión satisfactoria, pero algo es seguro:

El lenguaje no existiría si no fuera para transmitir un significado.

Ya casi termina esta serie de entradas. Sólo falta ver cómo ocurre que el contexto hace que cambie el significado que hoy nos preocupamos por estudiar. Gracias por llegar hasta aquí.

La lengua no muerde 0
La lengua no muerde 1–Definiciones
La lengua no muerde 2–Fonyfon
La lengua no muerde 3–Palabras
La lengua no muerde 5–Para lo que sirve un idioma

3 comentarios en “La lengua no muerde 4–¿Qué significa el significado?

  1. Sebastián González

    ¿No nos puedes regalar algo más mezclado con filosofía? Una vez me parece haber leído algo como «en busca del significado del significado», algo más técnico, pero a tu manera que siempre es genial.
    Un saludo, Georgina, tu blog es fantástico!

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